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Oxidación, antioxidantes

Oxidación, antioxidantes y el secreto vegetal para frenar el desgaste interno

 

Por Roberto Tuca Hortelano -

 

La oxidación en el cuerpo es como ese invitado que nadie llamó, pero igual aparece cada día. Cada célula, cuando fabrica energía, deja un rastro de moléculas inestables: los famosos radicales libres. No son malos por naturaleza; simplemente están desesperados por estabilizarse. El problema es cómo lo hacen: robando electrones de membranas celulares, proteínas y hasta fragmentos de ADN. Una especie de vandalismo microscópico.

 

A ese fenómeno lo conocemos como estrés oxidativo, y está implicado en procesos de envejecimiento, inflamación, cansancio crónico, deterioro ocular, daño vascular y un largo etcétera que no conviene leer antes del desayuno.

 

Pero acá empieza lo interesante.

La misión de los antioxidantes: pacificar lo que la biología agita

Los antioxidantes son los “mediadores diplomáticos” del cuerpo. Les entregan un electrón a esos radicales libres sin perder estabilidad. Así de simples, así de elegantes.

El cuerpo fabrica algunos, pero la vida moderna —estrés, polución, dietas pobres, radiación UV, inflamación silenciosa— hace que esa reserva natural no alcance.

 

Por eso recurrimos al reino vegetal, que desde antes de que existieran los laboratorios ya entendía este juego.

Las plantas antioxidantes que eligió Driadas (y por qué funcionan tan bien)

Lo lindo de esta fórmula es que combina tradición, ciencia y un guiño alquímico. Cada planta fue seleccionada por su capacidad real de disminuir el estrés oxidativo, respaldada tanto por investigaciones modernas como por su uso en medicinas tradicionales.

 

Té verde y matcha – La elegancia antioxidante de Oriente

Ricos en catequinas, especialmente EGCG, uno de los antioxidantes más estudiados en el mundo. Protegen el ADN, reducen inflamación y mejoran la salud vascular.

En la medicina china se usaban para “refrescar el espíritu” y prolongar la vitalidad. Algo sabían.

 

Chlorella – La microalga que limpia y protege

Contiene clorofila, carotenoides, vitamina C y E.

Estudios demuestran que reduce marcadores de estrés oxidativo y ayuda a eliminar metales pesados, esos grandes generadores de radicales libres.

En Japón es casi un alimento nacional para el bienestar.

 

Zanahoria y kale – Carotenoides protectores

Ricos en betacaroteno, luteína y zeaxantina.

Cuidan la vista, la piel y los tejidos expuestos a radiación UV.

Los herbolarios europeos ya las usaban para “fortalecer la sangre y la vista”, aunque todavía no tenían palabras como “fotooxidación” en su vocabulario.

 

Goji y grosellero negro – Pequeños frutos, gran poder antioxidante

Ambos son bombas de polifenoles, antocianinas y vitamina C.

El goji ha sido usado más de 2.000 años en Asia para nutrir la sangre y proteger el hígado.

El grosellero negro, estrella de la herboristería europea, destaca por su acción antioxidante sobre los vasos sanguíneos.

 

Vitamina C – La clásica que no falla

Neutraliza radicales libres, regenera vitamina E y protege el colágeno.

La ciencia moderna la tiene muy bien documentada, y con razón.

 

Ormus – El toque mineral energético

Más vinculado al saber alquímico que a la bioquímica dura, pero apreciado por su aporte mineral y su acción en el equilibrio redox.

Un pequeño puente entre Paracelso y la fisiología moderna.

 

Cremor tártaro – El regulador silencioso

No es antioxidante directo, pero ayuda a mantener un pH más armónico. Y cuando el cuerpo está menos ácido, el estrés oxidativo baja.

 

Cuando la tradición y la ciencia se dan la mano

 

Lo que antes se explicaba como “restaurar la energía vital” hoy podemos traducirlo como:

reducir radicales libres, proteger tejidos, estabilizar células, modular inflamación.

Una misma intuición expresada en lenguajes distintos.

 

El resultado es una sinergia poderosa: plantas que cuidan, equilibran y sostienen al cuerpo frente al desgaste cotidiano.

En Driadas seguimos combinando sabiduría ancestral con investigación moderna, porque las dos cosas juntas —como el té verde con el matcha— funcionan mejor que por separado.


Tuca Hortelano

Naturópata.

 

Roberto Tuca Hortelano es naturópata clínico, investigador y divulgador apasionado de la medicina antigua y contemporánea. Combina mirada científica, práctica terapéutica y una curiosidad casi indomable por entender cómo dialogan el cuerpo, la mente y la naturaleza.

 

Generado y formado en fitoterapia, iridología, esclerología y medicina integrativa, bajo las premisas de Nat. Sergio Daniel Gutiérrez. Razona interpretando el organismo como un ecosistema vivo, dinámico y profundamente simbólico. Opta por bajar conceptos complejos a ejemplos cotidianos —porque la fisiología también cabe en una conversación de sobremesa— y usar la historia de la medicina para iluminar problemas actuales.

 

En Driadas escribe para acompañar, enseñar y, cada tanto, recordar que el cuerpo habla… incluso cuando uno finge que no lo escucha.

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